RETRATO DE UN
POETA ANTISISTEMA
La primera vez
me acusaron de quebrar el dedo meñique
de un policía al
agredirlo con mi nariz,
y es que a decir
verdad, a verdad decir,
siempre tuve yo una
nariz prominente,
una prominente
probóscide en exceso excesiva,
a cuenta de ello
os debo estas disculpas,
y por ello, de
mis disculpas os colmo.
En la segunda
ocasión me acusaron de provocar un esguince
en el pie de un
policía al ser golpeado por mis furiosas costillas,
y sí, de siempre
tuve una constitución muy contundente,
así como
contundentes en sus formas contundentes son sus agravios,
por lo que no
han de ser menos contundentes estas disculpas,
y no menos
contundente en mi aflicción así contundente mi pesar,
y es que han de
creerme cuando demuestro mi más sincera contrición,
así como sinceras
las disculpas de éste quien hoy os escribe esta misiva.
En la tercera ocasión
me acusaron de ofensa,
desobediencia y
resistencia a la autoridad,
tres policías
fueron golpeados con saña por mi verbo lacerante,
en mi defensa
diré que soy poeta y por lo tanto enunciador,
y es por ello
que mi aflicción solo pudiera ser fingida,
así como fingido
vuestro perdón,
pero sí ruego
que como ofrenda de este poema os valgáis,
que sirva como
muestra irrefutable de mi pesar,
que a mi pesar
os llegue y que mi pesar de esta manera os alcance.