miércoles, 1 de octubre de 2014

Te regalo Berlín (David Efe).



Te regalo Berlín



Perecías tan real que tuve que celebrarlo,
y es que la salud que te doy no puede fingirse,
nos vestimos tan improvisadamente
que debimos de pensarlo después,
debimos ser más ojos,
fue entonces que las cosas comenzaron a ir mal no del todo,
los señores sabían de que hablaban
y las señoras se suicidaban al oído,
la gente decía sí y no aleatoriamente,
y luego tú y esa manera tan tuya de ser tan tú,
esa manera tan tuya que tienes de marcharte,
como si acaso tuvieses que hacerlo,
¿dime por qué tuviste que amanecer?,
al menos apiádate de algo en este día,
hoy no hace sol y después será mañana,
y allí, allí ya nadie sabe besar,
allí ya nadie sabe reír,
te recuerdo que tienes una secta conmigo,
te regalo Berlín,
te regalo Berlín,
te regalo Berlín,
te regalo Berlín,
te regalo
Berlín.




martes, 27 de mayo de 2014

Poema Peatonal "CUADERNOS DEL HEDONISTA".


POEMA PEATONAL






—Esto no soy yo —gritas como si alguien te escuchara
mientras te arrastran dentro de un coche de patrulla.
Dos calles mas atrás alguien mira al cielo
en mitad de la noche sin ser astrónomo,
a su lado, sentado bajo una marquesina de autobuses
un conductor de camiones acaba de perder su trabajo,
con ojos ausentes ve pasar una ambulancia,
está cansado y se siente triste y pequeño,
junto a él se sienta una chica,
una adolescente,
ella regresa a su casa,
acaba de hacer el amor por primera vez con su novio
e intenta sofocar su alegría,
tiene los labios escocidos,
y se siente culpable y feliz,
mientras,
sus padres están cenando frente al televisor
mirando en silencio absortos un anuncio de detergente.




domingo, 11 de mayo de 2014

Cuando me llamas loco un hada pierde sus alas (David Efe) del poemario "CUADERNOS DEL HEDONISTA".





Cuando me llamas loco un hada pierde sus alas.


“Nada es verdad, todo está permitido”
William Burroughs





La locura aguarda tras las ventanas,
hoy mis amigos psicóticos
después de quince años en el laberinto
niegan mi existencia, pero no así mi constancia.
—¿Y sabes?, cuando tú me llamas loco un hada pierde sus alas.
Mi madre hoy es una estación de autobuses,
así la miro estar,
te digo que mi madre hoy es una estación de autobuses.
—¿Y sabes?, cuando tú me llamas loco un hada pierde sus alas.
Tu sonrisa anfetamínica dibuja ondas discordantes en mi mente,
pero dentro de mi cabeza aún puedo ser yo,
aunque no siempre y no del todo,
y tú sonríes como si todo esto ya lo supieses desde siempre.
—¿Y sabes?, cuando tú me llamas loco un hada pierde sus alas.
Existe un lugar donde no quiero verte,
y hay un sistema completo boicoteando mi conciencia,
me busco en el deseo para encontrarme en su aparente desorden
y en su repetición.
—¿Y sabes?, cuando tú me llamas loco un hada pierde sus alas.
El mundo entero se ha parado desde hace más de cinco mil años,
y yo, al igual que tú busco el calor,
busco al tiempo, busco que me quieran.
—¿Y sabes?, cuando tú me llamas loco un hada pierde sus alas.
Me construí mal, de alguna manera me hice muy mal,
me hice tanto mal, puede que no me deje entender,
y es que solo a las mariposas les está permitido todo.
—¿Y sabes?, cuando tú me llamas loco un hada pierde sus alas.
Existe un fuerza de atracción a la que ninguno estamos dispuestos a renunciar,
una fuerza de atracción que nos disuelve en el otro
y que hace de los otros el lugar más propio,
el único espacio posible.
—Por cada beso que no doy un Príncipe se convierte en sapo,

y sabes muy bien que cuando tú me llamas loco un hada pierde sus alas.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Crítica a la razón etílica "CUADERNOS DEL HEDONISTA" David Efe




CRÍTICA A LA RAZÓN ETÍLICA


Situaciones frágilmente sostenibles,
el ímpetu que vuelve y el corazón,
pim pam pum,
pim pam pum,
en la cabeza.

La mirada que sabes predecir,
los sonidos que no cesan,
un poco de olvido y los minutos,
uno tras otro,
uno tras otro.

El significado de la gente,
el sacrificio,
las primeras arcadas,
un oráculo que duerme
sobre una caja de cartón,
una realidad que ya no lo parece,
y los pies a través de la vida,
uno tras otro,
uno tras otro,
recorriendo los siglos de la gente.

La saliva que no encuentra el paladar,
¿dónde está mi saliva?,
la sed que es una herida
que me llevará días sanar,
los cuerpos desorientados
de los transeúntes,
una brecha de aire en el horizonte
y mis pies que sostienen el suelo,
uno tras otro,
uno tras otro.

La sed que me borra la voz,
la voz que es la misma nada,
la maldad que es una ausencia
y me golpea,
pim pam pum,
pim pam pum,
en el estómago.

La moneda que es un cuerpo para la ropa,
la moneda que ya no brilla,
y que se aleja del vaso,
el miedo que ahora es una mancha
en un cielo lleno de pus
y mis pies,
uno tras otro,
uno tras otro,
a través de la vida.