DISPARAR A LOS RELOJES
En
este día maravilloso
las palabras
fueron cayendo
como polvo
sobre el barro,
en este
momento perfecto
y extinto, al
fin, ya el lenguaje
y todas esas
formas de llamar
a la formas
por su nombre,
en este
instante perfecto
deseo callar
los relojes para siempre,
al termino de
la palabra siempre,
que no me
dejen las drogas,
que no me
dejen nunca a solas,
no quiero
caerme del cielo,
que no
termine nunca este instante,
espera,
detrás de
esta calada,
que se pare
el sol en este segundo,
quiero ser
este momento,
esta brisa
tan favorable que no flojee nunca,
hacer que nunca
acabe este instante,
disparemos a
los relojes,
nunca más
otra cosa,
nunca el
cansancio de repetirlo ni su después,
tan sólo este
instante
para siempre
y sostenido,
en este ahora
yo seré
el loco
contemplando la nada,
pero que el
tiempo se pare en este instante,
que se pare
joder el tiempo,
espera,
quiero saltar
del tiempo y bajarme
en este
precioso momento,
varado en
este segundo,
que el tiempo
se pare,
espera,
ahora,
suspendido en
el humo
y entre tus
piernas,
en este
instante perfecto
que se
congele el tiempo,
que se pare
con el humo
flotando
ingrávido como un ángel atrapado
colgado de
este momento para siempre,
pero que se
pare cuando termine el verso,
que se pare
el tiempo,
espera,
justo después
de este YA.
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