Cuando me llamas loco un hada pierde sus alas.
“Nada es verdad, todo está
permitido”
William Burroughs
La locura aguarda tras las
ventanas,
hoy mis amigos psicóticos
después de quince años en el
laberinto
niegan mi existencia, pero no
así mi constancia.
—¿Y sabes?, cuando tú me llamas
loco un hada pierde sus alas.
Mi madre hoy es una estación de
autobuses,
así la miro estar,
te digo que mi madre hoy es una
estación de autobuses.
—¿Y sabes?, cuando tú me llamas
loco un hada pierde sus alas.
Tu sonrisa anfetamínica dibuja
ondas discordantes en mi mente,
pero dentro de mi cabeza aún puedo
ser yo,
aunque no siempre y no del todo,
y tú sonríes como si todo esto ya
lo supieses desde siempre.
—¿Y sabes?, cuando tú me llamas
loco un hada pierde sus alas.
Existe un lugar donde no quiero
verte,
y hay un sistema completo
boicoteando mi conciencia,
me busco en el deseo para encontrarme
en su aparente desorden
y en su repetición.
—¿Y sabes?, cuando tú me llamas
loco un hada pierde sus alas.
El mundo entero se ha parado desde
hace más de cinco mil años,
y yo, al igual que tú busco el
calor,
busco al tiempo, busco que me
quieran.
—¿Y sabes?, cuando tú me llamas
loco un hada pierde sus alas.
Me construí mal, de alguna manera
me hice muy mal,
me hice tanto mal, puede que no me
deje entender,
y es que solo a las mariposas les
está permitido todo.
—¿Y sabes?, cuando tú me llamas
loco un hada pierde sus alas.
Existe un fuerza de atracción a la
que ninguno estamos dispuestos a renunciar,
una fuerza de atracción que nos
disuelve en el otro
y que hace de los otros el lugar más
propio,
el único espacio posible.
—Por cada beso que no doy un
Príncipe se convierte en sapo,
y sabes muy bien que cuando tú me
llamas loco un hada pierde sus alas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario