ESCUPE
Escupe animal moribundo,
expulsa todo ese negro que hay
detrás de tus ojos,
echa toda esa basura que entierras
en lo más profundo de tu alma
y escúpelo,
échalo todo fuera,
tú sabes que la vida te ha
imaginado,
y también sabes que no eres nada
para el mundo,
y ahora escúpelo,
expúlsalo,
sin más,
hazlo,
y no te engañes,
el mundo con toda probabilidad no
va ha acabar ahora,
ni tampoco lo hará en el día que
tú mueras,
escúpelo,
échalo todo fuera,
vomítalo,
pero pon en ello todo tu corazón,
pon en ello todo tu talento,
pon para ello toda tu belleza,
pon lo mejor de ti,
échalo,
no temas quedar vacío,
y es que tienes tanto que vomitar,
no te dejes nada,
expúlsalo,
temes estar equivocado,
pero temes aún más no estarlo,
escúpelo,
echa toda esa oscuridad fuera,
hoy la muerte puedo ser yo,
así es que ámame y lléname de
poesía,
cólmame,
vierte en mí tu existencia,
haz que te quiera,
haz que te persiga,
pero debes echarlo todo,
haz que enmudezca,
que te adsorba,
échalo,
vomítalo,
solo de esta forma estarás vacío
para recibir la vida,
vacío para recibir la poesía,
para habitarla,
y es que tienes tanta poesía por
vomitar,
hay tanta luz ahí fuera,
sí,
ahora sí estás preparado,
solo ahora estás preparado.
¡Ay poetas!,
debéis de saber que vuestros días
tienen un diseño perplejo,
saber que nuestro vomito es tan
solo una arrogancia,
pero vomitar mis hermosos ángeles,
¡ay mis bellos poetas!,
vomitarlo todo,
echarlo todo fuera,
solo de esta forma sabremos
habitar la poesía,
ya que habitarla es un suicidio
irrenunciable,
el mundo no nos necesita,
acojamos pues esa nada hasta el
exceso,
hasta la infección,
hasta la extenuación,
hasta que al fin
no quede ya nada
de nosotros
sobre el poema.
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